Es una ciudad de entretenimiento y comercio, donde cualquier cosa que uno quisiera comprar - y un montón de cosas que no – estám a la venta. Casinos, teatros, prostíbulos, restaurantes finos, tabernas, salas de té, arenas de gladiadores... Auluar lo tiene todo. Aunque se suele decir que es una extencion del bajo mundo de Amshere, pues segun se dice que en el bajo mundo se hacen los tratos y que aqui se mandan las mercancias.

Desde el marinero más harapiento a la nobleza más opulenta, todos pueden saciar sus gustos en la ciudad. Éste es el puerto más grande del archipielago y los barcos comúnmente paran aquí en su camino a otros lugares. Los barcos piratas reciben amnistía en las aguas de Auluar, junto con su influencia irrespetuosa y violenta. De hecho, esta ciudad portuaria es el punto de acceso para que las razas de todos los tipos y los miembros de todos los estratos sociales y económicos puedan codearse en los bazares. Los vigilantes se apresuran a poner fin a los conflictos y asegurarse de que todos los habitantes se comporten agradablemente con los demás. La ciudad nunca para. Sus luces están encendidas, sus tiendas abiertas y sus servicios disponibles en cualquier momento del día o de la noche. También se puede contratar transporte, viajar vía caravana, barco, zepelín u otros exóticos medios. Todo en Auluar tiene un precio, por supuesto.

Los umbras acogen a cualquiera con oro u objetos de valor y con ganas de cambiarlos por sus mercancías y servicios. Los mercaderes abarrotan los mercados cada día, vendiendo de todo, desde sedas a esclavos, y hasta por la noche las tiendas alineadas por las calles y callejones tortuosos siguen abiertas. Los que posean dinero pueden escuchar músicos de talento con una buena cerveza y comida preparada por cocineros expertos. Para aquéllos de gustos más sencillos, las calles junto al muelle rebosan de prostíbulos, tabernas y salas de juego.

Además del comercio, Auluar alberga una serie de escenarios que patrocinan los torneos de gladiadores. Estos torneos, de una gran popularidad, están abiertos a todos los habitantes, y los ganadores pueden amasar enormes premios. Los príncipes del Círculo Dorado suelen alquilar a los que destacan en la arena, bien como guardaespaldas o como escoltas de caravanas.

Hay tantos barcos que traen como cargamento como los hay llevándolo a otros lugares de Azaran. Además de las embarcaciones comerciales legítimas, los piratas gozan de amnistía mientras se encuentren en el puerto de Auluar siempre y cuando paguen la cuantiosa tarifa del muelle. Esta situación enfurece a muchos capitanes, pero no pueden seguir en el negocio si no boicotean Auluar. Además, los vigilantes y los mercenarios contratados que merodean el atracadero están ansiosos de tratar con quien cause problemas. Más de un gamberro borracho ha explotado en carcajadas al ser advertido por un par de guardias... pronto despierta en una celda con moretones y las ropas chamuscadas.